¿Qué es la vulnerabilidad y cómo podemos aprender de ella?
Vivir la vulnerabilidad puede ser muy difícil, especialmente en un mundo en el que queremos mostrar constantemente nuestra fuerza y capacidad de acción. Muchas veces nos esforzamos para no dejar que los demás vean nuestras debilidades o nuestras propias falencias. No queremos dar la impresión de que no podemos encargarnos de todo. Sin embargo, permitirnos ser vulnerables frente al mundo es un regalo a nosotros mismos, y un paso integral para empezar el camino de crecimiento personal.
Ser vulnerable también significa ser conscientes de lo que sucede alrededor. Reconocer en mí mismo ese estado de delicadeza, en el que me permito tomar mi tiempo para recuperarme, me permite a su vez vivir la empatía hacia otros seres que transitan la misma situación.
La vulnerabilidad nos permite dar un paso atrás para ver más allá de las apariencias o de nuestro propio egoísmo. Cuando nos sentimos vulnerables también nos damos cuenta de lo que estamos haciendo mal. Somos capaces de reconocer nuestros errores y reflexionar sobre ellos de una manera constructiva.
No es lo mismo ser vulnerable que ser víctima de las circunstancias
Es importante recordar que está bien equivocarse, porque de esta forma crecemos y nos hacemos más fuertes. No animarte no es una opción, si estás en el camino del crecimiento personal.
La vulnerabilidad puede ser un excelente punto de partida para alcanzar nuestro propósito de vida. Al abrirnos a escuchar nuestros propios sentimientos, somos capaces de hacer las cosas que nos hacen felices y nos sostienen. Así es como nos acercamos a nuestros sueños y nos convertimos en mejores personas, aceptando y valorando nuestras debilidades.
En este sentido, te invito a que tomes unos minutos de tu día a reflexionar acerca de aquellos momentos en que la vulnerabilidad se siente a flor de piel, y por el contrario, aquellos otros en los que la búsqueda es de atención de otros.
La diferencia fundamental entre alguien que se reconoce a si mismo en su vulnerabilidad, y alguien que es una víctima de lo que le sucede es simplemente dónde está puesto el foco, a quién o quiénes atribuimos la responsabilidad: ¿En el propio campo de acción o en el afuera?
Cabría entonces preguntarnos: ¿Quién está siendo hoy el culpable de mi desgracia?
La vulnerabilidad es un regalo para aprender y crecer como personas
Aprendemos a poner límites, a determinar nuestros propios límites y a escuchar nuestro interior.
Esto nos ayudará a ser más seguros, con mayor confianza en nosotros mismos y en nuestras decisiones.
Aprender de los errores requiere tener la valentía de enfrentar nuestros temores e incertidumbres. Cuando somos vulnerables nos preguntamos cosas como: ¿Qué me está deteniendo? ¿Qué puedo aprender de esta experiencia? ¿Cómo puedo usar esto para ser una mejor versión de mí mismo?
Ser humano es ser capaz de elegir frente a las circunstancias que se plantean en nuestra vida. Y ser vulnerable es, en ese contexto, un acto de valentía.
Cuando nos esforzamos por identificar nuestras vulnerabilidades nos abrimos para mirar hacia dentro y aceptar lo que vemos. A través de esto, nos preparamos para tomar mejores decisiones. Al hacer este trabajo interno, nos convertimos en una mejor versión de nosotros mismos.
¿Cuáles van a ser tus elecciones de hoy?